Amistades pasajeras
De pequeños, seguro que tendríais un amigo que pasaba horas y horas con vosotros, cenaba en tu casa, hacia los deberes en tu casa, jugaba en tu casa, dormía en tu casa, incluso, te cogía la ropa. Lo que se puede considerar un hermano más, el cual tienes tal confianza de contarle todas las cosas, sabiendo que no te va a juzgar ni a reprochar nada.
Amistad, que ingeniosos nosotros pensamos que siempre estará ahí, quizás para algunos, la suerte estará de su lado, y aún la mantendrá, y que suerte, porque debe ser maravilloso.
Yo me acuerdo que también tenía ese amigo, el que en parte me ayudo día a día a seguir adaptándome a una nueva ciudad. ¡Que tiempos!
Eramos uña y carne... pero como en todos los lugares, y en todas las casas, hay que partir... pues ese amigo partió, pero nunca más regresó, y cuando lo hacia, eramos dos desconocidos... Risas, llantos, fútbol, charlas, travesuras, todo eso quedará en un recuerdo.
Dicen que la distancia no es nada, que no puede con nadie, aquí demuestro que si puede ser algo, pero eso ya no lo sabremos nunca,
Estés donde estés amigo, suerte.